La epilepsia es uno de los trastornos neurológicos crónicos más frecuentes, afectando al 1-2% de la población. Los pacientes con crisis parciales complejas resistentes al tratamiento farmacológico pueden beneficiarse de un tratamiento quirúrgico que consiste en la extirpación de la zona epileptógena.
Clásicamente la localización de la zona epilpetógena se realiza con vídeo-EEG y resonancia magnética (RM). Recientemente las exploraciones de neuroimagen funcional de medicina nuclear, la tomografía por emisión de positrones (PET) y la tomografía por emisión de fotón único (SPECT) han demostrado utilidad en la localización de la zona epileptógena antes de la cirugía. La SPECT ictal con trazadores de perfusión cerebral demuestra un aumento del flujo sanguíneo en la zona de inicio ictal, mientras que la PET con 18FDG muestra una disminución del metabolismo de la glucosa en la zona de déficit funcional interictal.