Los procedimientos de medicina nuclear permiten una evaluación funcional no invasiva del aparato digestivo. Presentan la ventaja de la comodidad para el paciente, la falta de contraindicaciones, la seguridad y la sencillez de su ejecución. Si bien no proporcionan información anatómica detallada como los métodos radiológicos y la endoscopía, constituyen exploraciones totalmente fisiológicas, sin modificar en absoluto las condiciones funcionales del órgano en estudio.
Para la evaluación esófago-gástrica, los trazadores radiactivos son administrados por vía oral y su evolución es registrada gracias a la detección externa de su radiación gama por medio de un equipo denominado cámara de centelleo o gamacámara. Los datos son digitalizados y convertidos en imágenes a partir de las cuales es posible además construir gráficas (curvas de actividad en función del tiempo) que brindan información cuantitativa o semi-cuantitativa. Existen dos tipos de exploración relacionados con la patología del esófago: el estudio del tránsito.